A los traductores

Lo que se pierde en la traducción de un poema
no es la fuerza de sus versos
ni la figura o el tropo cuidadosamente escrito
mucho menos la voz del autor.

Tampoco se pierde la belleza de ciertas palabras
que sólo se entienden en aquellas lenguas de tierras lejanas.

Me gustaría pensar que nada hace falta
en uno de los tantos poemas que hemos leído
aprendemos de memoria
a pesar de no ser el mismo poema
escrito tiempo atrás.

Pero no es así
lo que se pierde
es la silueta tallada por el escritor
fragmentos de su lengua
algo se pierde
eso es seguro.

Así como las estrellas que vemos son luz espectral
emitida billones de años atrás
así son las líneas que aparecen tenuemente
en el nuevo poema fabricado por el traductor. 

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